SURCOS | REPORTAJE

Acor emplea el sol y el aire para secar la pulpa de la remolacha, en un proyecto único en Europa de ahorro energético

Gracias a la nueva iniciativa, la cooperativa ha conseguido un ahorro en los costes de 10 millones de euros

Cristina Carro

Ser eficiente en materia energética se ha convertido en una obligación para cualquier empresa. El incremento que ha sufrido este input durante los últimos meses ha hecho que muchas empresas inviertan en nuevos métodos de abaratamiento energético.

En el caso de Acor, el proceso consiste en lo siguiente: con la materia seca que se obtiene de la remolacha comienza el proceso de peletización. 

Tradicionalmente en la planta se realizaba en secaderos que utilizan energía térmica de gas natural. Con este nuevo sistema de secado, la pulpa que se genera tras la extracción del azúcar se carga en camiones y se transporta hasta la superficie de almacenamiento que hay en las instalaciones que Acor tiene en Olmedo. Allí se almacena en silos de plástico. Según las necesidades de la fábrica, la pulpa irá saliendo de allí y trasladándose hasta la playa de secado.

En la playa de secado, y para que sea homogéneo, un arado va mezclando la parte inferior con la superior. Este proceso tiene una duración de 36 horas. Pasado este tiempo la pulpa tendrá las mismas condiciones que las que tendría si hubiera pasado por el secadero.

El proyecto, que comenzó el año pasado, está dividido en dos fases. La primera de ellas está dividida en la construcción de una playa de secado de 12 hectáreas de hormigón más 9 de almacenamiento.

En 10 meses finalizará la segunda fase gracias a la que la playa de secado tendrá una superficie de 21 hectáreas y 15 la zona de almacenamiento.