Nació como ayuda para reactivar el sector de la automoción, pero lo que no sabíamos es que también iba a ayudar a las cuentas de la Agencia Tributaria. El Plan 2000E dejará su huella en el bolsillo de quienes se hayan beneficiado de él en forma de impuesto. Los 1.000 euros aportados por Estado y Comunidades Autónomas deberán ser declarados como ingreso, al igual que cualquier otra renta de trabajo.

La otros 1.000 euros de los concesionarios, sin embargo, son considerados descuento comercial y no habrá que pagar al fisco por ellos. En números, y según el sindicato de Técnicos de Hacienda, cada contribuyente beneficiado por este plan deberá pagar entre 240 y 430 euros en función de su renta. Si tenemos en cuenta que la aportación del Estado a estas ayudas fue de 500 euros, el plan no ha podido salirle más redondo.

Y no son las únicas ayudas que tributan, también lo hacen las rentas de emancipación para el alquiler de vivienda destinadas a los jóvenes, por lo que al final, el apoyo económico no será tan significativo.

Aviso a los contribuyentes que también tendrán que prestar especial atención en el caso de quienes hayan sido despedidos por ERE. En este caso revisar el borrador es fundamental, pues es casi seguro que hayan pagado más por su indemnización. Los cambios en la normativa llevados a cabo a finales de año no han sido tenidos en cuenta por la Agencia Tributaria y una vez, estos fallos están de su lado y no del contribuyente.