De momento, en Castilla y León, los almacenes de las empresas de distribución tienen reservas, y eso está amortiguando los efectos en la hostelería que se va adaptando. El problema es si este paro se prolonga en el tiempo. Las distribuidoras están reorganizándose para hacer frente a los pedidos. 

Si quiere ir a tomar algo a un bar, de momento, tienen todas las referencias, y cuando alguna reduce su stock se suple por otra parecida. Los productos se están entregando, aunque a veces lleguen con  algo de retraso. Aunque en los restaurantes toca hacer cálculos: se está comprando con previsión, con varios días vista, para evitar falta de productos. Sobre todo ocurre con lo fresco, con el pescado

Los distribuidores tienen stock en el almacén para hacer frente a los pedidos, el problema es que no está entrando nueva mercancía, lo que puede complicar la cadena de cara a los próximos días. Una situación que califican de insostenible, porque el producto está esperando en las fábricas a que alguien lo recoja.

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