Cataluña aplica desde este viernes restricciones de agua al 80% de la población ante la peor sequía registrada. Contrasta con la situación en Castilla y León con tierras anegadas y los embalses al 60% de su capacidad. Como consecuencia del cambio climático, las precipitaciones caen de forma más irregular. Lo que obliga a repensar cómo hacer una mejor gestión del agua.

La situación actual del campo y de los embalses de la Cuenca del Duero no es ninguna garantía. El presidente de Ferduero advierte que "no hay nieve en las montañas que abastecen nuestros embalses y la situación es crítica" de cara a la campaña de riego que comienza en marzo. El otoño fue el tercero con más precipitaciones desde que hay registros. Sin embargo, buena parte de esa agua se escapa. ¿Cómo retener ese recurso? El profesor de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Burgos, Francisco Bueno, señala que la única fórmula en Castilla y León son los embalses. Sin embargo, la Cuenca del Duero es uno de los sistemas menos regulados, un 34% frente a un 80% en el Sistema del Ebro, por ejemplo.

Hace cuatro años, este profesor realizó un estudio sobre las posibilidades de aumento de los recursos hídricos en Castilla y León. Bueno propone "recrecidos de presas existentes y embalses no muy grandes. Podríamos pasar de 3.800 hm³ a 5.000 con poco impacto ambiental".

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