HISTORIA

Castilla y León fue protagonista las primeras horas de la Segunda República

  • Sahagún, en León, fue la segunda localidad española en proclamarse republicana.

  • Antonio Machado, uno de los intelectuales de la Segunda República, izó la tricolor en Segovia.

  • En Salamanca Miguel de Unamuno fue un destacado activista republicano.

Jorge Francés

A veces los libros de historia no recogen hechos que fueron vitales para construir un relato completo de lo sucedido. Castilla y León tuvo un especial protagonismo en las primeras horas de la Segunda República española, de la que ahora se conmemoran 90 años. El 14 de abril de 1931 en varios puntos de la comunidad se sucedieron episodios destacados para el nuevo régimen de libertades. 

La segunda república no comenzó en las capitales, si no en pequeños municipios. A las 6 de la madrugada se proclama en Eibar, y hora y media después en Sahagún, en la provincia de León. Así lo recuerda el Profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de León Jesús Castrilo: "En torno a las siete y media como decía antes, Benito Pamparacuatro Franco dice que a partir de ahora somos un régimen republicano. En Sahagún ondea la bandera republicana cuando el rey Alfonso XIII aun no había partido de Madrid hacia el exilio". 

Esta precocidad de Sahagún no fue renocida de inmediato por el gobierno republicano como sí que hicieron con Eibar y con Jaca.  Su condición tuvo que ser reclamada durante meses hasta conseguir el título de "ciudad my ejemplar" que al comenzar la guerra civil fue escondido en el dorso de un cuadro de Franco o de Primo de Rivera, según las versiones. Es uno  de los episodios más curiosos de la historia republicana en la comunidad. "Aquellos que lucharon contra la democracia republicana en el fondo tuvieron un documento republicano presidiendo todas sus acciones en el ayuntamiento de Sahagún", relata Castrillo. 

Otro punto destacado en estas primeras horas de la Segunda República fue Segovia. Allí  vivía entonces Antonio Machado, que tuvo un papel esencial en la proclamación de la república."Machado izó la tricolor en lo que sigue siendo el ayuntamiento", cuenta Daniel Herrero, coordinador de "Primavera republicana y comunera" que define al escritor como "el verdadero intelectual de la Segunda República, el que hasta el último momento dio su vida por la república, el exilio". El compromiso de Machado con la República se mantuvo toda su vida y de hecho pagó su fidelidad con el exilio en Collioure.

Por último viajamos a Salamanca, donde aquellos días Miguel de Unamuno defendía su activismo republicano que se había forjado tras su primera destitución como rector y su exilio a Fuerteventura: "Él habla en muchos escritos, los que trajimos la república. Él era un activista completamente comprometido con la República", nos explica Francisco Blanco, presidente de la Asociación Amigos de Unamuno.  Aunque más tarde ese compromiso se iría diluyendo en el desencanto que le provocaron a Unamuno los gobiernos republicanos y la agenda reformista que llevaron a cabo.  Por ejemplo, Unamuno "quería una República laica, pero laica no significa antirreligiosa. Pero lógicamente aquello se transformó en una especie de Inquisición", argumenta Blanco.