El presidente de la Comisión de Coordinación y Desarrollo Regional de la Región Norte, Carlos Cardoso Lage, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez-Feijóo, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, han firmado en Valladolid el convenio por el que se constituye la Macrorregión "Regiones del Sudoeste Europeo (RESOE)", la primera de este tipo que se pone en marcha en el territorio ibérico.
Las macrorregiones, tal y como las define la propia Unión Europea, son territorios de regiones pertenecientes a diferentes países asociados por uno o más rasgos o desafíos comunes. Es decir, una unión de regiones que se unen para hacer un camino juntos y alcanzar objetivos conjuntos en base a intereses y recursos comunes.
Uno de los fundamentos que justifican esta nueva etapa de colaboración consiste en la "constatación" de que los tres territorios comparten recursos e intereses comunes así como problemas y posibilidades de solución conjuntas con potenciales creaciones de economías de escala y valor añadido. Si bien está comúnmente asumido que la Unión Europea marque las directrices de la política de cohesión territorial en todo el territorio de la Unión, quienes de verdad conocen las posibilidades, singularidades y necesidades son los gobiernos más próximos al ciudadano, de manera que una vez cumplidas las orientaciones que vienen de las instituciones comunitarias, llega el momento de que sean estas administraciones las indiquen a Europa cuáles son las alianzas que se quieren abordar, algo que tiene importantes ramificaciones a la hora de conseguir nuevas posibilidades para captar fondos europeos ante el próximo marco presupuestario.
La Macrorregión aglutina a más de nueve millones de habitantes repartidos entre los tres territorios con una extensión superior a los 145.000 kilómetros cuadrados en la que se asientan una veintena de universidades y siete aeropuertos de diferente tamaño, entre otros recursos. La distribución laboral por sectores es muy similar con un predominio de los servicios, seguido por la industria, la construcción y las actividades agrícolas y ganaderas.
Estrecha relación
Tanto Galicia como Castilla y León mantienen una larga y provechosa relación con Portugal y, en concreto, con la Región Norte, a través de la comunidad de trabajo establecida para tal fin. La que vincula a las autoridades lusas con el territorio castellano y leonés se constituyó en Braganza en el año 2000. La Comunidad de Trabajo entre Galicia y la Región Norte se creó en 1991 y en septiembre de 2008 se constituyó mediante convenio la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Galicia-Norte de Portugal.
De igual manera, la colaboración entre Galicia y Castilla y León acumula una importante trayectoria de trabajo en común que ha cobrado una nueva dimensión a partir de la firma del Protocolo General de Colaboración suscrito entre ambos gobiernos en enero de este año.
Áreas de colaboración
La colaboración entre Castilla y León, Galicia y la Región Norte portuguesa se extiende, tal y como contempla el Memorando de Entendimiento, a siete ámbitos: institucional, economía e industria; universidades e investigación; empleo; medio ambiente, cultura y turismo así como los transportes y la logística.
En el plano institucional, una de las primeras tareas que abordarán los tres territorios es la aprobación de una estrategia macrorregional que permita delimitar unos proyectos comunes con la intención de presentarlos ante las autoridades nacionales y europeas, según proceda, para acceder a los fondos necesarios teniendo muy presente el nuevo marco financiero 2014-2020. Además se intercambiará información y se fomentará la participación mutua en los foros de cooperación transfronteriza, interregional y transnacional en el que las partes firmantes tengan presencia.
De hecho, y con la mirada puesta en el escenario que dibuja la Estrategia 2020 de la Unión Europea, los integrantes de la Macrorregión coinciden en demandar un incremento de los fondos comunitarios destinados a la cooperación territorial, al menos hasta el mismo nivel que se aplicaba en la década de los noventa.
El sector de la automoción, dentro del ámbito económico, ocupa un papel muy relevante para los tres territorios. La existencia tanto de fabricantes como de industria de componentes y servicios para esta industria conlleva la necesidad de estimular la creación de alianzas estratégicas entre unos y otros, de modo que también se puedan crear "clusters" empresariales en sectores comunes y que también les vinculen con los centros tecnológicos y las universidades.