PROBLEMAS DE SALUD MENTAL

"Mi hermano se suicidó cuando tenía 25 años"

  • En el día mundial de la Prevención del Suicidio conocemos los testimonios de familiares de víctimas del suicidio.

  • En España, cada año, se quitan la vida más de 3.000 personas

Raquel perdió a su hijo y Silvia a su hermano. Con tan solo 25 años se quitó la vida. No hubo señales de alerta, solo un mensaje a sus amigos después de que su novia decidiera poner fin a la relación: "¿Alejandro qué te pasa? Y nos dijo: Mañana lo sabréis". Después de su muerte llegaron las preguntas, el sentimiento de culpa y la rabia.

La muerte de su familiar se produjo hace 16 años. A día de hoy, Silvia sigue acudiendo a terapia. Es una ayuda para convivir con la ausencia de su hermano. Desde las asociaciones trabajan para romper el tabú. Raquel Martín, psicóloga de la Asociación de Salud Mental Palencia añade:  "No hace falta hablar de suicidio en casa, pero se puede hablar de que te estoy viendo mal, de que te veo sufrir, de que te veo distinto, preguntar si te ha pasado algo en el trabajo o en el colegio y no lo estás expresando".

El grupo de emergencias del Colegio de Psicólogos de Castilla y León insisten en la importancia de la detección precoz. Reclaman la puesta en marcha de un Plan Nacional. "Nosotros lo que pedimos es que haya profesionales de la psicología en la atención primaria. Poder acudir a mi psicólogo de cabecera y poderle decir me pasa esto y que ese psicólogo además tuviera tiempo para atenderme", sentencia el Decano de COPCyL, Jaime Gutiérrez quien nos da algunas claves a la hora de detectar posibles conductas suicidas. 

"Cuando empiezas a escuchar ciertas frases como la vida no merece la pena, no tiene sentido nada de lo que estoy haciendo, cuando ves que empiezan a desapegarse de sus actividades diarias normales, empiezan a dejar de quedar con sus amigos, no le encuentran sentido a las fiestas... se nos tiene que encender una lucecita". 

En el mundo se produce una muerte por suicidio cada 40 segundos. En nuestro país, cada año, se quitan la vida entre 3.000 y 4.000 personas. Es una cifra que se mantiene invariable desde hace más de 10 años. Por eso asociaciones de familiares y psicólogos piden recursos y herramientas que sirvan de apoyo  para  aquellos que no quieren morir, sino dejar de sufrir.