Diez miembros de la familia Fernández Guerreo podrían haber fallecido abrasados en su casa en Granada. Mientras dormían, un cortocircuito provocó un incendio que rápidamente se propagó por la vivienda. No lo cuentan si no es por Simba y Nala, un Shar-Pei y un Yorkshire que tienen como mascotas.
Al percatarse de que las llamas devoraban el inmueble, los perros comenzaron a recorrer las habitaciones de todos los habitantes del inmueble ladrando y golpeando las puertas. Así despertaron a la familia al completo, que tuvo tiempo de abandonar el edificio. Simba, el shar-pei, fue el último en salir de casa una vez que sus dueños ya estaban a salvo.
El valiente perro tuvo que recibir atención médica por inhalación de humo, lo que le causó una parálisis parcial de la que afortunadamente ha podido recuperarse. Los Fernández Guerrero ya contaba con los dos canes como dos miembros más de la casa. Ahora sienten que tienen dos héroes en la familia.