El Trastrono por deficit de atención e hiperatividad, TDAH, es un trastorno que condiciona la niñez de quienes lo padecen. Complica la vida de los niños, pero aún más de los adolescentes. El problema de conducta e integración provoca, en la mayoría de los casos, que los jóvenes no controlen sus impulsos y esto puede tener graves consecuencias sobre su salud.

Este trastorno es crónico. No se cura, pero se controla. Los adolescentes abandonan la burbuja de la familia y se enfrentan a muchos riesgos. Según explica Antonio Terán, psiquiatra, "la impulsividad les lleva a no madurar las consecuencias y a veces a tener conductas o comportamientos de riesgo que son problemáticos".

De hecho, añade "el alcohol, el cannabis, las drogas van a enlentecer o distorsionar el desarrollo madurativo, por lo tanto son incompatibles".

Muchos consiguen controlarlo aunque, por lo general, una mala decisión puede provocar que cuando sean adultos además del trastorno lleven consigo otras cargas, como adicciones o enfermedades mentales.

Aproximadamente 20.000 personas padecen este trastorno en Castilla y León. Es un siete por ciento de los niños en edad escolar.