A principios de los años 2000, a Rashid Ahmad se le ocurrió un juego con el que entretener a su hija en el jardín de su casa de Inglaterra. La dinámica era sencilla: un deporte similar al tenis, pero más sencillo. "Era mucho más divertido que otros juegos, así que empezamos a crear reglas, ránkings, una página web, vídeos de YouTube...", rememora.
Así nació el touchtennis, un deporte que no deja de crecer y que cada vez gana más adeptos, también en España. "Lo bueno que tiene este deportes es que coges una raqueta, te pones a jugar y entras en la dinámica", explica el valenciano Borja Mascarell.
Muchos llegan a esta modalidad después de practicar tenis, porque su desarrollo es similar. Se juega en una pista más pequeña, con raquetas más ligeras y pelotas de espuma. "Es menos serio que el tenis", apunta el francés Julien Combe, actual número 1 del mundo. "No necesitas estar todo el día entrenando en la pista para tener un buen nivel", añade el británico Adam Hassan, número 2.
Pero si por algo destaca el touchtennis es por su carácter integrador. Los partidos pueden ser mixtos y cualquiera puede practicarlo, sin importar la edad. "Es una oportunidad para demostrar que, en el deporte, la igualdad es real", subraya José Luis Corujo, presidente de la Federación de Tenis de Castilla y León.
Y es que nuestra comunidad es, hoy en día, uno de los epicentros mundiales del touchtennis. Así lo demuestra el Grand Slam Ciudad de Valladolid-Open de Castilla y León, que pone de manifiesto el gran nivel de los jugadores españoles. De hecho, el vallisoletano Jorge Hernando acaba de proclamarse campeón de este torneo tras vencer a Adam Hassan.