Los investigadores del Centro Nacional de la Gripe han realizado un estudio en dos residencias de mayores en Valladolid. Las muestras de sangre de 98 mayores de las residencias Doctor Villacián y Cardenal Marcelo tras vacunarse revelan que la COVID-19 han hecho más fuertes a unos que a otros porque la inmunización ya estaba "entrenada". El grupo que lo había pasado tenía un número más elevado de anticuerpos en comparación con los que no tuvieron la enfermedad.
Los investigadores tienen localizados a quienes deberían recibir la tercera dosis: los mayores de 65 años. En esta investigación han detectado tres residentes que no sabían que se contagiaron entre la primera y la segunda dosis: "Parece que las vacunas tienen efecto", explica el responsable científico Iván Sanz.
También estudian cuánto dura la protección de las vacunas y cuántos anticuerpos hacen falta para una defensa sin fisuras frente a la COVID-19.