Noche cerrada y los bomberos, guiados por la luz de las propias llamas, conseguían frenar el fuego que, horas antes, había llegado a la carretera y avanza hacia Madrid. Las rachas de viento que no han dado tregua a los equipos de extinción. Antes de las nueve de la noche, un nuevo foco hacía saltar todas las alarmas. ¿Para pararlo? Contrafuegos, ataque directo y la vital actuación de los bulldozer.

De nuevo, una rojiza noche más, esta era la imagen que presentaba el municipio de Hoyo de Pinares. Con sus vecinos desalojados, el canto de los grillos y las sirenas de los equipos de emergencia es el poco movimiento que se aprecia. Muy diferente la escena en Cebreros.

Un nuevo frente por el flanco oeste dirección Valdemaqueda, Madrid, que obliga a reubicar a todos los medios. Los medios terrestres han actuado de forma directa el frente en la zona sur con mangueras, en el resto de flancos con contrafuegos.

Aunque la inestabilidad del viento dificulta esta táctica, por lo que la labor de las bulldozer es vital para mover el terreno, eliminar la vegetación y acabar así con la llama, sin apenas luz.

Noche de mucho esfuerzo y momentos críticos para evitar que el perímetro creciera.

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