Compaginar el trabajo con el tiempo libre nunca había sido tan fácil para un arquitecto técnico de Valencia.
Después de quedarse sin trabajo, decidió juntar su mayor afición: los monopatines, con los negocios. El resultado es sorprendente.
En la casa de Manuel Llorens todo parece normal hasta que reparamos en el mobiliario. Los sofás, sillas y estanterías están fabricados con algo más que un simple tablón de madera.
Y es que cuando la economía aprieta hay que sacar a la luz todo el ingenio posible. Manuel Llorens ha montado esta original empresa junto con su mujer.
Su propia casa sirve a la vez de oficina y fábrica. Su mujer realiza el diseño y él la fabricación de los muebles. A través de una página web gestionan todos los pedidos.
Manuel ha conseguido convertir una afición en un ingenioso negocio, que ahora va sobre ruedas.
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