Almudena le muestra a su pareja donde pasó su infancia y juventud. Vivía en el poblado de El Tejerín, hoy no hay nada pero durante años fue el hogar de varias familias gitanas.
En todo momento estuvieron acompañados por la Fundación Secretariado Gitano. Su trabajo obtuvo un reconocimiento por parte de Naciones Unidas. Hoy Almudena nos abre las puertas de la que es su casa. Se siente afortunada por dormir bajo un techo pero denuncia el mal estado del inmueble.
Almudena representa una de las historias de vida de las 40 familias que hace más de una década pasaron de la exclusión a vivir en viviendas normalizadas.