Entramos en el despacho donde esperan las víctimas de violencia de género que acuden a la Guardia Civil de Valladolid. Esta sala, aparentemente normal, se convierte en el refugio de cualquier mujer que lo necesite. El equipo EMUME tiene dos niveles de actuación: el no apreciado, donde se hacen contravigilancias y entrevistas a víctima y agresor, y el máximo.
“Incluso podemos estar 24 horas protegiendo a la víctima. Actualmente tenemos 176 casos activos en demarcación de Guardia Civil”, son palabras del sargento Jiménez de la Policía Judicial de Valladolid.
También nos cuenta que las circunstancias del caso marcan el protocolo a seguir: "Una patrulla acompaña a la víctima, normalmente personal de paisano. Todo depende de las circunstancias, es la víctima la que nos marca todo eso. Según el sargento, es una relación no tan solo de guardia que protege a víctima sino personal". La presencia de menores también influye. En esos casos, el seguimiento es más exhaustivo.
Las figuras invisibles pero esenciales
En los pueblos, por ejemplo, la actuación desde los cuarteles rurales es crucial. "Ese personal técnicamente no es EMUME, pero está preparado como para llevarlo a cabo". Intentan que el agente que acude el primero a socorrer, "sea quien se quede durante todo el proceso de vigilancia", comenta Jiménez. Desde la Comandancia insisten en la importancia de denunciar, destacan que no se puede proteger lo que no se conoce.
Violencia de género en Castilla y León en datos
Más de 1.400 mujeres cuentan actualmente con protección policial en la Comunidad. Además, el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género registró 3.000 casos el pasado mes de abril y alrededor de 100 dispositivos electrónicos.