Los rebeldes que están luchando para derrocar al líder libio, Muamar Gadafi, han afirmado que aceptarían un alto el fuego pero con varias condiciones, como que las fuerzas de Gadafi se retiren de las ciudades del oeste del país y que los ciudadanos puedan expresarse sin cortapisas.

Mustafa Abdel Jalil, presidente del Consejo Nacional Libio, el órgano de gobierno interino formado por los sublevados en la ciudad de Benghazi (este), también ha dicho que se exigiría la retirada de todos los "mercenarios" de Gadafi que están desplegados en Libia.

"No nos oponemos a un alto el fuego, pero ponemos la condición de que los libios de las ciudades del oeste tengan plena libertad de expresión para manifestar su opinión", ha declarado en una rueda de prensa conjunta con el enviado especial de la ONU a Libia, Abdelilá al Jatib.

Abdel Jalil ha señalado que, si las fuerzas de Gadafi siguen atacando a los civiles, los rebeldes necesitarán más armas, y ha vuelto a solicitar ayuda para combatir al bando rival, que está mejor equipado. Asimismo, ha asegurado que los insurrectos mantendrán su demanda de que el dirigente y su familia se marchen del país.