Siete de cada diez automovilistas no están dispuestos a pagar más por adquirir un coche eléctrico, según se desprende de una encuesta realizada por Análisis e Investigación y por el Instituto de Estudios de Automoción (IEA) entre 300 visitantes del Salón del Vehículo Ecológico y de la Movilidad Sostenible de Madrid.
Los principales inconvenientes que los encuestados manifiestan en relación con el coche eléctrico son el diferencial de precio en relación con los vehículos convencionales, así como sus posibles restricciones en cuanto a autonomía, recarga y mano de obra especializada en el taller.
No obstante, nueve de cada diez entrevistados declara su predisposición a la compra de vehículos eléctricos, cinco de forma muy probable y cuatro con alguna duda, con lo que de la encuesta se desprende que al automovilista español le gusta el coche eléctrico, pero se resiste a pagar más por él.
Además, el 70% de los encuestados se considera poco informado sobre el desarrollo de los vehículos ecológicos, y el 90% estima que esta responsabilidad de informar recae en las marcas (50%) y en el Gobierno (40%).
Los automovilistas españoles consideran, casi por unanimidad, que debe impulsarse la fabricación de vehículos eléctricos en España y que debe subvencionarse su compra durante un largo período de tiempo. Además, el 70% acepta que los ayuntamientos favorezcan la circulación y el aparcamiento de este tipo de coches por el centro de las ciudades.
Por contra, ocho de cada diez entrevistados están en contra de que el desarrollo del vehículo eléctrico implique subidas de impuestos o un incremento del precio del transporte público más ecológico.
Los conductores están más familiarizados con los sistemas híbridos de propulsión, hasta el punto de que cinco de cada diez los consideran la tecnología más avanzada, mientras que tres de cada diez opinan que los mayores avances corresponden al coche eléctrico.
Por lo que respecta al Salón del Vehículo Ecológico, el 68% valora positivamente el certamen, al que la mayor parte de los visitantes ha decidido acudir por motivos lúdico, lejos de una verdadera intención de compra. En este contexto, casi un 80% sitúa entre cinco y diez años el horizonte para disponer de opciones eléctricas.