Las protestas de los opositores a Mubarak se mantienen en Egipto. Pero las presiones no sólo llegan desde El Cairo. Estados Unidos le pide a su socio nuevos esfuerzos que concluyan en una transición pacífica. Un consejo que el Gobierno de Mubarak no parece estar dispuesto a seguir.
Amanece un nuevo día en la Plaza Tahrir donde miles de manifestantes continúan acampados. Algunos duermen junto a los tanques para evitar que el Ejército les coma terreno. Lejos de acallarse, sus protestas llegan ya hasta las puertas del Parlamento. Pero las noticias que llegan desde el Gobierno no son nada alentadoras. Mubarak se ha comprometido a retirarse sólo cuando finalice su mandato en el mes de septiembre. Aún así, el deseo de que el presidente se marche de forma inminente permanece entre los manifestantes.
Desde la Casa Blanca piden más esfuerzos al ejecutivo egipcio. Por ejemplo, la derogación de la ley de emergencia que permite la detención sin cargos. Obama, que se ha entrevistado con el rey Abdulá de Arabia Saudí, le ha transmitido su preocupación porque se dé una transición ordenada, que cumpla con las aspiraciones del pueblo egipcio. Pero el equipo de Mubarak ve por parte de su socio norteamericano injerencias y presiones.
Mientras, todo sigue igual en el centro de El Cairo. La próxima prueba de fuego de la resistencia será la manifestación convocada para este viernes.