'El león blanco'

"Hay películas en las que las imágenes son discurso, poesía y un canto a la naturaleza. 'El león blanco' es una. Es magia y es vida. Es un momento privilegiado que nos alecciona."

José S. Isbert / rtvcyl.es

Puntuación: 7/10

  • Película: 'El león blanco'
  • Dirección: Michael Swan
  • País: Sudáfrica
  • Año: 2010
  • Género: Drama. Animales. Naturaleza. Cine familiar.
  • Interpretación: John Kani, Thabo Malema, A.J. Van Der Merwe, Brendan Grealy, Jamie Bartlett, Ayrton Loureiro, David Clatworthy, Jennifer Steyn
  • Duración: 88 minutos
  • Dirección artística: Bobby Cardoso, Lisa Mackay, Sheona Mitchley
  • Música: Philip Miller
  • Vestuario: Darion Hing, Ruy Phillipe

Sinopsis

Según la leyenda de la tribu de los Shangaan, los leones blancos son los mensajeros de los dioses, pero hace años que no se ha visto ninguno en un valle remoto de África. Cuando un león blanco aparece en aquel valle, un joven llamado Gisani se ofrece a defender al animal y protegerle contra la codicia de los cazadores. Este cachorro de león, a quien se conoce como 'Letsatsi', se lanza en un peligroso viaje para sobrevivir y asegurar su sagrada estirpe.

Crítica

"Hay películas en las que las imágenes son discurso, poesía y un canto a la naturaleza. 'El león blanco' es una. Es magia y es vida. Es un momento privilegiado que nos alecciona."

¿Por qué añoramos tanto el mundo salvaje del que provenimos y que para nosotros los europeos es un pasado olvidado?

Desde el primer 'Tarzán de los monos' en 1918 en cine mudo, el público siempre ha reservado una cálida acogida a las películas cuyo escenario es la selva. La censura no tardó en manifestarse, pues las poblaciones africanas viven en armonía con su entorno. A las temperaturas tropicales corresponde desnudez en el atuendo. Hueso duro de roer para el puritanismo en vigor en la primera mitad del siglo pasado.

En 1934 tuvo lugar la segunda entrega de la primera serie del inolvidable Tarzán, con Johnny Weissmuller junto a Maureen O’Sullivan. La FCC (organismo de censura) todavía no existía, por lo que los espectadores pudieron admirar a la nadadora olímpica Josephine McKim (la doble de Maureen) bañándose desnuda durante tres minutos. ¡Qué tiempos aquellos!

Recuerdo los cines de los años sesenta en los que se proyectaban esas películas con elefantes y monos, cebras, leones y gacelas como aperitivo. También me acuerdo de los comentarios del público cuando aparecía Jane enseñando sus preciosos muslos y buena parte de sus pechos. Estoy convencido de que la entrada en materia "ecologista" fue admirablemente servida desde entonces, utilizando con fingida inocencia imágenes que la moral prohibía.

Pero no nos desparramemos y volvamos a 'El León Blanco'. No hay esculturales mujeres africanas desnudas, ni ninguna "Jane" bañándose en las transparentes aguas de un lago. Sin embargo, a la película ni le falta ni le sobra nada.

La historia es sencilla. Engancha desde el principio gracias a una fotografía soberbia. Infinitos paisajes que acarician la mirada, la naturaleza con su crueldad y su grandeza, colores y contrastes que el espectador disfruta.

Una vez más, lo que me viene sucediendo desde hace años, me sorprendió la naturalidad, exactitud, emoción y sinceridad de los actores de piel achocolatada. ¡Qué desperdicio de talento durante casi un siglo!

Thabo Malema y en particular Rodney Nombekana trascienden la pantalla con humanidad en cada una de sus apariciones. Me hicieron vibrar, en particular en las secuencias con los niños en las veladas camperas. Todos los tonos de melanina estaban representados, diversidad que enriquece y nos iguala ante lo mágico de la existencia.

Sus ojos brillan de emoción mientras escuchan con esa extraordinaria capacidad de los niños para sumergirse en una leyenda real o imaginada. Es otra lección de vida para los adultos: dejemos libres nuestras almas infantiles y que la vida siempre sea un sueño.

¡Ay Calderón, lo que se te extraña!