Burgohondo se localiza al sur de la provincia de Ávila, a 36 km de la capital y a unos 120 km de Madrid, en la comarca del Valle del Alberche y la Tierra de Pinares. Su término municipal ocupa en la actualidad una superficie de 55,4 km2, entre las Parameras de Ávila y la Sierra de Gredos, y el casco urbano se sitúa a 852 m sobre el nivel del mar. Es recorrido a lo largo de siete kilómetros por el río Alberche. En su término se encuentra el Mojón Cimero, con 1.934 m, uno de los vértices más elevados de la comarca.
Al encontrarnos en la parte honda del Valle ofrece un clima suave, con veranos con temperaturas que no suelen sobrepasar los 30 °C en las horas centrales e inviernos relativamente poco lluviosos y con apenas un par de nevadas durante la temporada.
Tanto su ubicación como su clima, hacen de Burgohondo un enclave natural singular, que junto al patrimonio cultural, arquitectónico y etnográfico, ofrecen un destino turístico de interior idóneo para el disfrute de unos días de ocio y descanso.
Cabe destacar las actividades relacionadas con el mencionado río Alberche, como por ejemplo piragüismo en los rápidos de Puente Arco o un día en familia en la pradera del paraje de Puente Nueva.
Su patrimonio etnográfico, arquitectónico y cultural han marcado la historia de Burgohondo. Destaca la Abadía de Santa María (s.XII), los antiguos Barrios de la Umbría, la ermita de los Judíos o de la Vera Cruz (s.XV) actualmente convertida en Oficina de Turismo, la Plaza Mayor Adolfo Suárez, lugar polivalente y núcleo de las principales actividades de la localidad, la ermita de San Roque o las antiguas escuelas hoy Posada Real. También han influido las diferentes fiestas y tradiciones populares como las fiestas patronales en honor al Santísimo Cristo de la Cruz, la Vaquilla de San Sebastián celebrada en enero, los carnavales, la semana santa con la interpretación de las Estampas de la Pasión de Cristo, el día de San Antonio en Junio o San Roque en agosto, la Feria de Ganado de octubre y mayo, la festividad de Nuestra Señora de la Asunción, etc.
En cuanto a su gastronomía, los famosos Melocotones de Burgohondo, cultivados y cuidados por los vecinos de la localidad, son los embajadores de esta tierra. Pero también son otros los productos que llegan a la mesa de una cocina tradicional burgohondeña, en la que se elaboran las patatas revolconas, con sus torreznos, las sopas de ajo, los fréjoles mojinos o la caldereta de cordero, chuletones de ternera avileña, jamones, chorizos y salchichones, pero también el mondongo y las magras, recién asadas en la lumbre baja de encina, que encuentran su espacio indiscutible en el contexto de una gastronomía que ofrece otros muchos atractivos.