Estamos acostumbrados en ver grandes titulares con enormes fotos cuando vamos al kiosko, pero no siempre fue así. Hubo un tiempo en que los periódicos apenas eran una hoja con muchísimo texto y ocasionalmente un dibujo. El libro "Historia gráfica de la prensa diaria española" de Juan Fermín Vílchez de Arribas repasa la evolución histórica de nuestros periódicos.
Lo hace desde 1758. Entonces se leían períodicos que eran poco más que gacetas de un par de páginas, como por ejemplo el "Diario Noticioso, curioso erudito, comercial, público y económico".
Su plantilla consistía en dos columnas con una tipografía muy pequeña. Esta tendencia se mantuvo en el siglo XIX. Un tiempo en el que apareció El Norte de Castilla, como periódico político de Valladolid.
Poco a poco la prensa decimonónica comenzó a incorporar las ilustraciones, y a partir de 1883 fotograbados. En 1898 "La correspondencia de España" contaba la Guerra de Cuba con un mapa dibujado a mano de lo que hoy se califica como teatro de operaciones.
El siglo XX comenzó con grandes fotografías en las portadas, un aspecto por el que apostaron Blanco y Negro y ABC desde su fundación, con una portada de texto y otra ilustrada. Los diarios incorporaron cada vez más la fotografía, especialmente a partir de la década de los 60, cuando comenzó a aparecer algo de color. Así continuó hasta la transición con el nacimieto de El País, que marcó la pauta de diseño en la prensa española.