Controlan el embarazo y atienden a la embarazada. Pero el trabajo de una matrona va mucho más allá. Entre sus funciones está la de visitar en el domicilio a las madres y a sus bebés durante el puerperio (el período de tiempo que sigue al parto y que dura entre seis y ocho semanas), valorar la situación del suelo pélvico de la mujer tras dar a luz para evitar pérdidas de orina, apoyarla durante la lactancia, hacer un seguimiento del bebé sano durante los primeros 28 días de vida. Diagnostican precozmente el cáncer de cuello de útero o incluso se encargan de la educación sexual en jóvenes.
El inconveniente es que, en muchas ocasiones, no todas estas tareas las pueden llevar a cabo. Y no es por falta de voluntad, si no por falta de tiempo y medios. En Castilla y León sólo hay 340 matronas. Muy pocas si tenemos en cuenta el número de funciones que desempeñan.
Esta es una de sus reivindicaciones. Más matronas. También quieren recuperar competencias que son suyas y que desde hace años están llevando a cabo otros profesionales sanitarios. Quieren hacerse visibles en las plantas de ginecología y obstetricia de los hospitales.
Todas sus peticiones ya están en conocimiento de la consejería de Sanidad. Ahora sólo hace falta saber cuántas matronas más son necesarias en nuestra comunidad para atender de una manera adecuada a las mujeres, a sus hijos, a los jóvenes y a la familia en general.