Este viernes se ha presentado la Contabilidad Regional del primer trimestre, y hasta marzo, el PIB de Castilla y León creció pero a un ritmo más lento. El deterioro se produjo por los precios energéticos que afectaron a la industria, y por la climatología desfavorable en la agricultura. Castilla y León comenzó 2022 creciendo, pero a menor ritmo que a finales de 2021: el crecimiento ha pasado de un 3,2 por ciento en el último trimestre de 2021, a un 3,2 por ciento en el primer trimestre de 2022.

La inflación, la rotura de stocks o una menor cosecha han desacelerado nuestra economía. Los sectores más afectados fueron la industria y la agricultura, y los más activos, el servicios y la construcción. En cuanto a la demanda interna, hubo aumento del consumo y de las exportaciones.

Y aunque hayamos desacelerado, seguimos avanzando y nos acercamos a las cifras prepandemia. Según el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, ya habríamos recuperado el 77% de lo que se perdió en 2020, y todo apunta a que nuestra comunidad será de las primeras en alcanzar el cien por cien. Pero siempre condicionado a lo que pueda ocurrir. Si el crecimiento se mantiene por encima del 2,6, cerraríamos el año con la economía recuperada.

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