Varias empresas de Castilla y León están haciendo cuentas ante la caída de beneficios por el aumento del precio del aceite de oliva. Las hay que se han pasado al de girasol, otras no pueden hacer esa operación porque el de oliva da un sabor único a sus productos, es el caso de las conserveras o las fábricas de patatas fritas. 

Un grave problema

Benito Sainz, gerente de Patatas Artefritas Soria, asegura que llevan ya "dos años de subidas continuas" eso les supone "un grave problema". Los proveedores les hacen precio porque compran grandes cantidades, aun así es inasumible, cuesta "el doble que hace dos años".

Benito no sabe durante cuánto tiempo podrán aguantar esta situación y desea que los precios se estabilicen, pero parece que la tendencia de mercado no es esa. "Lo último que queremos hacer es reducir la plantilla", dice Sainz.

Las conserveras se encuentran en una situación parecida, utilizan el aceite de oliva para algunos de sus productos. Óscar García es el gerente de El pescador de Villagarcía, una empresa de Valladolid en la que todavía no han notado el aumento del precio porque ya tenían compromisos "de compra de aceite cerrados que se han conservado". No obstante, saben que la situación cambiará, "los próximos pedidos tendrán otros precios y eso podrá repercutir en el precio final del producto". 

Puedes estar informado de las principales noticias de Castilla y León en nuestros perfiles de Facebook y Twitter