Castilla y León es una de las seis comunidades autónomas donde descenció la venta de vehículos usados durante el mes de julio. A pesar de este dato, el sector goza de buena salud. Los meses previos al verano son excelentes en ventas ya que, antes de irse de viaje, son muchos los que prefieren estrenar coche, aunque sea de segunda mano.
La incertidumbre política está afectando al sector del automóvil. La falta de decisiones medioambientales confunde al ciudadano que no sabe si decantarse por la compra de un diésel o un gasolina, o incluso un eléctrico o un híbrido.
Ante esa situación prefiere no realizar una gran inversión y opta por un vehículo de segunda mano, mucho más asequible y diésel, eso sí. Porque el sector del coche usado depende de las ventas de años anteriores y eso significa que si en 2016, 2017 y 2018 lo que se vendía era diésel, en lo referente a la segunda mano es lo que se va a demandar.
Juan Carlos Martín, gerente de Samarca, es claro en este sentido. "Nosotros dependemos de qué legislación haya para ver qué coches podremos vender dentro de tres o cuatro años. Ahora mismo se están aplazando muchas ventas de coche nuevo hasta que el tema medioambiental quede claro".
Juan Carlos admite que lo que se demanda en la actualidad es diésel. Pero si la legislación cambia a favor de la gasolina, en tres o cuatro años estará vendiendo vehículos de gasolina.
Lo que no cambia es la garantía que ofrece. Una de las principales preocupaciones de los consumidores, que buscan que el coche que compran les ofrezca la misma transparencia y seguridad que un vehículo nuevo.