Desde mucho antes del escándalo por la presunta agresión sexual del director del FMI Dominique Strauss-Kahn, el vuelo de unas faldas ha rozado a menudo el poder. Si bien en muchos casos ha sido en el apartado de la rumorología, como las supuestas relaciones entre Marilyn Monroe y John Fitzgerald Kennedy con las que aún se especula décadas después de la muerte de ambos.

Otras fueron reales y contrastadas, como la del presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt (1882-1945) con su secretaria. La mujer del mandatario lo sabía, pero lo consintió y no afectó a su carrera política.

La becaria y el "impeachment"

Cincuenta años después una becaria hizo tambalear la Casa Blanca. Bill Clinton estuvo contra las cuerdas por su affaire con Mónica Lewinsky y que le costó en 1998 un "Impeachment" ante la Cámara de Representantes (una especie de moción de censura en la que la Cámara adquiere petestades judiciales en las que dicta veredicto por votación contra un cargo público).

Una infidelidad le costó al demócrata John Edwards no acompañar a Barack Obama en su equipo para la presidencia de Estados Unidos. No respetó el juramento matrimonial y cayó en las redes de una directora de documentales. Confesó el pecado y su esposa le perdonó, pero no su partido.

Tres hijos siendo sacerdote

Estar casado con Dios no le hizo privarse de la compañía femenina. El presidente paraguayo Fernando Lugo tuvo que afrontar un enorme escándalo dejar embarazadas a tres mujeres en su época de sacerdote. Acabó asumiendo la paternidad y ahí se quedó la cosa.

Hay quien recurrió al pago por buscar el roce fuera del lecho conyugal. El gobernador de Nueva York Eliot Spitzer tuvo que dimitir por disfrutar de la compañía de porstitutas.

También ha desembolsado lo suyo Silvio Berlusconi. El primer ministro italiano se encuentra inmerso en un culebrón judicial por su combinación de fiestas y menores.